Aprovechamos para acercarnos a comer allí ya que estábamos indecisos ante los menús con los que nos habíamos cruzado y sabemos lo que hay. Tampoco teníamos mucha hambre porque habíamos tomado algo en Casa Tollín.
Fuimos directos a por una hamburguesa.
Tan buena como parece ¡Qué sabor!
Casi merece la pena guardar unos segundos de silencio para recordar la jugosidad, la mordida, y el sabor de todos los ingredientes jugando en el paladar.
Para desencajar mandíbulas propensas.Cuidado.
Aunque solo sea a dar una vuelta, desde que descubrimos el mercado, en cada visita a Córdoba que realizamos, vamos a visitarlo.
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