Con ilusión porque hiciese buen tiempo para ir a la playa, salimos de viaje hacia Donostia, allá por junio del 2017.
Tuvimos suerte. No tanta como el año anterior, pero estamos hablando del País Vasco. Llevamos el bañador. Y las toallas, la sombrilla y la silla.
Habíamos comenzado el año bien en cuestión de escapadas: Bilbao al estrenar el año, Vitoria en Semana Santa y ahora San Sebastián. Faltaba el viaje de septiembre...
Tuvimos suerte. No tanta como el año anterior, pero estamos hablando del País Vasco. Llevamos el bañador. Y las toallas, la sombrilla y la silla.
Habíamos comenzado el año bien en cuestión de escapadas: Bilbao al estrenar el año, Vitoria en Semana Santa y ahora San Sebastián. Faltaba el viaje de septiembre...
Era domingo y llegamos a la hora de comer, directos al Saltxipi. Estaba nublado pero se estaba bien. Comimos de maravilla y después fuimos a pasear por lo viejo hasta el puerto.
Estuvimos un rato descansando en una cervecería, luego picamos algo, paseamos y cenamos, antes de ir a descansar. Los siguientes días, a poco sol que salió fuimos a la playa. Pero salía y se escondía, así que hicimos de todo. De todo lo que viene siendo elegir sitio para desayunar, después un rato a la playa o bien un paseo, dependiendo del clima. En el desayuno comienza la decisión de qué y dónde vamos a comer.
Después de comer, tomamos un café, nos vamos a descansar o a la playa si hace bueno. Al final de la tarde, salimos dispuestos a dar un buen paseo y cenar de paso. Marcarse como objetivo llegar a algún lugar para comer un pintxo o una tapa o un plato, es un buen aliciente. Así, de forma natural, llevamos horarios europeos y ¡encontramos sitio!
Playa, paseos, alimentación y descanso. ¡Gloria absoluta!
Playa, paseos, alimentación y descanso. ¡Gloria absoluta!
En ocasiones nos vamos a algún pueblo, pero no fue el caso.
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