calle Puerto |
La Parte Vieja de San Sebastián es el barrio más antiguo y visitado de la ciudad. Está repleto de comercios, bares y restaurantes que alimentan la cultura del pintxo y tiene mucha actividad en cualquier época del año.
Se encuentra a los pies del monte Urgull, ahora convertido en un parque urbano con un paseo salpicado de antiguas fortificaciones que actualmente albergan exposiciones, coronado por el Castillo de la Mota sobre el que se alza una escultura del Sagrado Corazón de más de doce metros de altura que se contempla desde toda la ciudad y es su distintivo.
En sus orígenes, este barrio amurallado, conformaba la ciudad de Donostia.
Actualmente el barrio está limitado por el río Urumea, el puerto y el Boulevard.
Si sales desde Gros cruzando el puente la Zurriola, puedes seguir caminando por el Boulevard dejándote guiar por las tiendas que encontrarás a cada paso o puedes caminar por el paseo nuevo hasta el puerto para después introducirte de lleno en la Parte Zaharra.
Cuando emprendes el camino y echas la vista atrás se ve el barrio de Gros al otro lado del Urumea donde se funde con el Cantábrico, presidido por el Kursaal y la playa de la Zurriola con el monte Ulía al fondo.
Comenzar la jornada con un paseo es una buena opción para llegar con apetito a los bares de pintxos que hay por todo el barrio.
Según avanzas por el paseo, puedes contemplar el mar, siempre entretenido cuando llega a la orilla, rompe con un acantilado o con los muros y las rocas que rodean el paseo; te topas con una estatua del omnipresente Chillida
y poco a poco vas descubriendo la Bahía de la Concha jalonada por el monte Igeldo, la isla de Santa Clara, la playa de Ondarreta y la que lleva el nombre de la bahía.
Si tienes muy buena vista o llevas una cámara con buen zoom se ve el Peine de los Vientos, desde otro ángulo.
Hasta que te tropiezas con el Puerto, que tienes que atravesar para continuar caminando por el Paseo de la Concha hasta el Peine de los Vientos, para introducirte de lleno en la Parte Vieja o simplemente para ir a algún sitio.
Según qué día y a qué hora aparezcas por allí, en seguida te llegará un aroma exquisito a pescado y marisco que comenzará a abrir el apetito.
Entre semana, es fácil ver gente trabajando y un poco más complicado encontrar abiertos todos los restaurantes que hay a lo largo del puerto
.
Hasta el último instante antes de introducirte de lleno en la Parte Vieja a través de la calle Puerto, tienes la posibilidad de seguir caminando emprendiendo la subida por los paseos del parque.
Hasta que te decantas por uno y entras, y ya no puedes parar de seguir probando, movido por la curiosidad de averiguar cómo será la siguiente mezcla de sabores que cate tu boca.
La actividad del barrio por la mañana es llamativa y el desfile de personas que pasan por allí atraídos por el ambiente que, por otra parte, ayudan a conseguir, hacen que sea un barrio lleno de vitalidad todo el día.
No hay comentarios:
Publicar un comentario