En 2012 visitamos la ciudad desde la barrera, haciendo una parada antes de llegar a casa. Nos hospedamos en el Kris Domenico, que está en Cerro del Emperador, pasado el Parador por la carretera Cobisa.
Hicimos una noche, de paso, a la vuelta de las vacaciones estivales del 2012. Cansados y atraídos por la carta del restaurante del hotel, nos conformamos con hacer fotografías de la silueta de Toledo desde las terrazas del hotel. ¡Y qué silueta!
Cenamos en la terraza del hotel. Había más gente en el restaurante y no todos los que allí estábamos éramos huéspedes, cosa que no sorprende porque lo que probamos estaba buenísimo y lo que no, tenía muy buena pinta.
El hotel está muy bien: habitaciones limpias y amplias, exteriores idílicos, piscina abierta en verano.
Solo conocimos Toledo desde la distancia y fue por la circunstancia del cansancio del viaje y por la elección del hotel, que era estupendo; decidimos aprovecharlo y renovar fuerzas.
La ciudad nos cautivó de manera que salimos de allí sabiendo que volveríamos, a poder ser al centro de la ciudad. Así lo hemos hecho.
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