En 2009 dimos el sí quiero en una preciosa ceremonia, qué voy a decir, y después tuvimos la fortuna de poder hacer un viaje inolvidable.
La primera vez que viajé al extranjero y monté en avión. Pensándolo fríamente, con esas dos emociones justo después de haber vivido una boda, si no te pasan cosas es por casualidad. No nos pasó nada grave.
La primera parada fue en Florencia. Estuvimos dos noches y sus días.
Elegimos destinos mediterráneos influidos por la dieta. Vamos, no arriesgamos con la comida. Yo estaba un poco reacia a salir de España porque no conocía apenas nada y hay lugares muy bonitos que merecen mucho la pena.
Salimos desde Barcelona. Embarcamos tras pasar los controles. Hay un momento que se parece a una gymkana rara. Me senté en ventanilla junto al ala. Las veía girar, desplegar unas planchas... Cuando bajamos me dijo que menos mal que no había montado antes en avión porque si no, quizá no hubiese subido. Ummm.
Teníamos reservados los hoteles y contratados los traslados pero íbamos por libre. No entramos a ningún museo porque en los días que estuvimos nos bastó con caminar por las calles, ver sus edificios y las esculturas que las salpican.
La primera tarde comenzamos a caminar y pasamos por el Duomo sin prestarle mucha atención. Estaba muy cerca.
Tras dar una vuelta y parar a merendar, allí se estila mucho que preparen mini bocados a la hora de la merienda; es algo que me encantó, llegamos a la "Piazza della Signoria" y a una calle de distancia, la "Piazza della Repubblica".
En esta ocasión no llevaba la cámara en la mano cuando caminábamos porque tenía que prestar atención y orientarme. En este viaje comprendí que es necesario cuando vamos paseando por algún lugar.
Aquella tarde dimos una vuelta por varias calles alguna plagada de tiendas de grandes marcas. Hicimos una ligera vuelta de reconocimiento sabiendo que al día siguiente lo visitaríamos con más atención. Cenamos en la terraza de una trattoria, me comencé a sentir mal no se por qué y tras dar otro paseo, nos fuimos al hotel a descansar.
Antes de meternos en la habitación tomamos el fresco un rato desde la terraza.
A la mañana siguiente fuimos directamente hacia la "Piazza del Duomo" e hicimos una buen álbum de fotos del fotos del exterior.
"La Cattedrale di Santa Maria del Fiore", el "Campanille di Giotto" y el "Battistero di San Giovanni".
Un gran conjunto. Muy grande. Hay que verlo a trozos, o desde el aire.
Desde el Duomo nos fuimos en dirección al mercado de San Lorenzo. Callejeamos un poco y no tardamos en llegar.
Palazzo Medici Riccardi |
En cuanto llegamos al mercado que hay por la calle en las inmediaciones de la basílica y el mercado de San Lorenzo, tuve que sacar una correa virtual para no dejarme al recién estrenado marido abandonado. Aquí no estaba perfectamente orientada y se me olvidaba el nombre del hotel y de la plaza.
En el interior del mercado, hay puestos de todo tipo.
Podrías comer bien barato. Hacen platos y puedes comer de menú por poco dinero. De manera fugaz nos pasó por la cabeza tener un lugar con cocina para prepararnos una chuleta. Fue muy fugaz. Vimos la carne que se destina para preparar los bistecs a la fiorentina y lo tuvimos claro. Lo extraño me pareció que muchos lugares solamente abren para la cena. Los que sirven lo que se nos antojó, por lo menos.
Después de encontrar alguno que salía en no recuerdo dónde pero estaba cerrado, tomamos la vía que transcurre por la ribera del Arno en dirección "Ponte Vecchio".
Es cierto que huele extraño al otro lado del Arno. Nada más cruzar el puente lo comprobé; debía ser por la zona, igual que en algunas zonas de otras ciudades, o alguna calle de mi pueblo el domingo. Pasamos por la "Piazza Carlo Goldini" que está a la entrada del "Ponte alla Carralla" y desde allí divisamos el "Ponte Vecchio" con el "Ponte Santa Trinita" en medio
Parrocchia S. Frediano in Cestello |
Llegamos al puente y lo cruzamos. Los bajos están llenos de joyerías.
Al pasar el puente giramos a la izquierda. Había varios restaurantes juntos abiertos. Echamos un vistazo y nos decantamos por el Open Bar.
Después de comer volvimos a cruzar el puente.
Al volver a cruzar, tomamos el lugarno degli Archibusieri en dirección a la plaza de los Uffizi. Allí varios artistas pintando y vendiendo sus obras. Supongo que animada por el Brunello y por lo que me gusta la pintura, compré uno del ponte Vecchio. Mi marido, desbocado, compró uno tamaño póster con la cara de Bob Marley que tenemos en el trastero. Ese fue barato. Me pareció caro al final.
Llegamos a la "Piazzale degli Uffici", pasamos a la "Piazza della Signoria". Allí nos tomamos un capuccino en una terraza, admirando la plaza y embebidos por el ambiente creado por el murmullo de la gente y la música en directo que se escucha por todos los rincones.
Me faltó Rafael.
Desde aquí, comenzamos a andar de nuevo buscando ir hacia las afueras en vez de seguir hasta el Duomo y tras tomar la via de Greci, llegamos a la "Piazza della Santa Croce" con la basílica dando la bienvenida. Desde allí continuamos abriendo el radio sin perder de vista las cúpulas.
Así, tras dar un ligero rodeo, viendo el mapa, llegamos hasta otra plaza, la "Piazza della Santissima Annunziata". Es otra gran plaza a la que se le nota lo que algún día fue. Allí montan un mercado pero no se cuándo.
Estatua de Fernando I y basílica al fondo |
Hospital de los Inocentes |
Desde la plaza, tomamos la Via del Servei porque se divisaba el Duomo y fuimos al hotel a reponer fuerzas y refrescarnos para salir a cenar y conocer la ciudad de noche.
Continúa en Florencia (2ª parte)
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