Sevilla (2015) (Andalucía)


Por fin, 2015, fue el año de volver a Sevilla. Lo visitamos por primera vez en 2013. Soy una ansiosa. Es lo que tiene estar en un sitio 24 horas escasas, que te quedas con ganas de ver más y volver a los sitios donde has estado.

De este viaje hemos sacado en claro lo que haremos la próxima vez que vayamos.

De camino desde Cáceres, paramos en Monesterio. Compramos jamón y lomito envasados al vacío. Interesante llevarse a casa esos sabores y poder así compartir los goces.


Nos hospedamos en The Boutike Hostel.
También aparece como albergue. Es un alojamiento que está bien. Llevado por gente joven, tiene precios de hostal, instalaciones acordes y detalles que permiten llamarlo "boutique". Te ofrecen una cerveza de bienvenida para lo que tienen un grifo. Nosotros nos la tomamos en la terraza de la azotea. Hay habitaciones con baño individual algunas con balcón. Está en el centro y aunque no tiene garaje propio hay un parking público a poca distancia.
El desayuno es libre. Practicamos el inglés porque no había ningún nativo. A nosotros nos lo sirvieron. Había una chica fregando tazas y recogiendo, después se unió un chico. Las neveras estaban llenas de cosas marcadas con nombres. El desayuno bufé estaba expuesto.
Como está junto a la Giralda, puedes ir caminando desde allí a los lugares de interés.

La próxima vez que vayamos a Sevilla, buscaremos habitación aquí.

 


Las vistas de la terraza del hotel eran curiosas. Azoteas, tejados y puntas de  torres. Se veía perfectamente la Giralda. En la azotea estaban los ventiladores del aire acondicionado, las cuerdas de tender la ropa con sábanas y otra ropa colgada, mesas y sillas bajo grandes quitasoles en una zona con césped artificial. Un espacio muy aprovechado.



Comimos en un sitio en el que estuvo mi hermano, a dos calles de la Giralda. En esa ocasión mi cuñada preguntó al camarero qué es la pringá y le contestó que la pringá es una madre soltera con tres hijos. La Bodega de Santa Cruz. Un buen sitio.
Estaba abarrotado pero entramos y comimos muy bien.
Después de comer fuimos a dar un paseo. Vimos el barco que da una vuelta por el Guadalquivir, la siguiente visita montaremos, y las colas que hay para entrar a los Reales Alcázares, la proxima vez sacaremos entrada y lo visitaremos.




Entramos en el parque María Luisa, dimos una vuelta, pasamos por la Torre del Oro,
cruzamos a Triana sin adentrarnos demasiado, lo justo para ver la ciudad desde el otro lado del río y sacar la foto bonita del puente.


Para cenar fuimos a la Bodeguita Antonio Romero, porque sin ser el más económico del barrio, lo que probamos está rico y es una baza segura.





 Tras otra jornada de coche, comer y pasear, fuimos a descansar porque al día siguiente el plan era desayunar, dar una vuelta aprovechando que estaría todo abierto y salir hacia Cádiz donde pasaríamos los siguientes días, pasando por Sanlúcar de Barrameda, lugar escogido para comer.




Sevilla de noche, Sevilla de día.
Conocí otra parte que no había visto todavía.






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