En primavera de 2013 fuimos de escapada de fin de semana a Sos del Rey Católico, en la provincia de Zaragoza, muy cerca de Navarra.

Había llovido abundantemente y se notaba en los campos. El paisaje durante el trayecto era espectacular y las nubes pintaban un cielo precioso, lleno de contrastes.
Nos hospedamos en el hotel Triskel, que está fuera del pueblo pero no se nota. Tiene unas magníficas vistas desde las habitaciones y no tengo ninguna queja de la junior suite que alquilé a través de Booking.
Es que cuando salimos, salimos.
El pueblo estaba lleno de gente que, como nosotros, lo había elegido para hacer una escapada. Muchos de ellos para pasar el día. Me encontré con una compañera a quien hacía muchísimo tiempo que no veía. Casualidades de esas que suceden.
El pueblo es un lugar encantador, pequeño, recogido dirían algunos. La lluvia nos acompañó durante todo el fin de semana y no pude hacer todas las fotografías que me hubiese gustado. O no las hice para tener un buen motivo para volver.
Las vistas desde cualquier punto del pueblo me gustan porque se ve el horizonte a lo lejos, tras los campos verdes. O tras un cabezo, pero verde.
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