Conocido por su tortilla de patata, está junto a la Catedral y es casi una tradición comerte un pincho de su tortilla en las escaleras de la misma. Sobretodo los estudiantes. Nosotros fuimos a investigar por la tarde y preguntamos el horario. Cuando volvimos nos hicimos con la única mesa que tienen junto a la barra y degustamos los pinchos sentados viendo el ir y venir de gente.
Las tortillas son gordísimas, por lo tanto las cuajan procurando mantener la jugosidad. De sabor están buenas. Sirven la ración en plato de plástico con tenedor de plástico para que te la puedas comer en la calle porque dentro no cabe ni una mínima parte de las personas que comen tortilla.
Cuando pasamos por allí era por la tarde y no había gente. Vimos desde la calle el mostrador donde guardan las tortillas. Estaba completo, preparado para más tarde. Entramos y le hicimos una foto.
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