Lo encontraremos en el zaragozano barrio de Torrero, junto al viejo campo de fútbol de Torrero, donde jugaba el Real Zaragoza antes de la construcción de la Romareda que aunque se inauguró en 1957, dejándose de utilizar el campo, hubo un graderío que se mantuvo en pie hasta los años 80, manteniendo vivo en la memoria de los vecinos el recuerdo de que ahí donde ahora hay unos bloques de pisos estaba el campo de fútbol donde jugaba el Real Zaragoza.
También es un lugar que mantiene su esencia con el paso del tiempo. Las anchoas son especiales: carnosas, sabrosas y grandes.
Nosotros pedimos cuando vamos nórdicas, que son anchoas salmueras enterradas en hielo picado, acompañadas por un limón con el que las puedes aliñar al gusto. Me pregunto de dónde sacarán semejantes anchoas, con ese sabor.
Hacen un rebozado que llaman orly con el que rebozan los langostinos, los huevos y los calamares que es especial. Su toque crujiente le da el punto adictivo.
Tienen ensaladas, tostas, bocadillos, platos combinados... De todo un poco para que no te quedes sin comer nada.
Aquél día tenían cigarros y no dudamos pedirlos de postre.
Por supuesto volveremos aunque no se cuándo. El tiempo pasa volando.
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