De Marbella a Córdoba, Córdoba y de Córdoba a casa por Castilla La Mancha

Córdoba fue la última parada del viaje de vacaciones en septiembre de 2013 para no hacer el viaje de vuelta tan largo. El camino es entretenido, los paisajes acentúan la esencia que desprenden los que encuentras cuando viajas por Extremadura para llegar a Andalucía. Olivos y olivos, montes, campos y campos, toros, caballos.

Y llegamos a Córdoba. La entrada fue fácil; llegar al hotel, en la judería, nos costó dos vueltas para terminar haciendo un pequeño tramo en dirección prohibida porque había calles cortadas.

Nos hospedamos en un hostal que encontré por un precio económico y tenía garaje. La habitación no merecía otro precio.

Nos teníamos que mover de lado, pero recuerdo la cama cómoda e hizo su papel tras un día sin parar. No tengo fotografías porque no había ángulo para hacerlas. Parecía bonito, lo estaban reformando y la señora (dueña) era muy agradable. En definitiva, cumplió con su cometido.

Fuimos a comer y después dimos una vuelta alrededor de la mezquita y las calles colindantes.

 

Nos tomamos un gin-tónic en una terraza de las que había por la calle que tenía algo de sombra y continuamos caminando en busca de sitios donde cenar más tarde.

Con el paso del tiempo se hizo de noche como era de esperar, y continuamos caminando y haciendo fotografías al puente romano, a la Catedral, la puerta del puente y las calles que lo rodean. De noche las cosas se ven de otra manera.

El día siguiente era un día especial en Córdoba, ya que era la primera vez que sacaban las peanas de Semana Santa a la calle y también salían las bandas, fuera de la propia Semana Santa. Era 14 de septiembre y hacía calor. Con las chaquetas, los guantes  y demás complementos que completan los uniformes, alguno pudo pasarlo mal.

Nosotros desayunamos, dimos un pequeño último rodeo, aproveché para ver la iglesia que está en la calle San Pedro por dentro porque también abrieron todas las iglesias.

Después nos montamos en el coche, nos despedimos de la ciudad hasta la próxima y emprendimos el viaje de vuelta a casa.

Antes de cruzar Despeñaperros el paisaje sigue siendo como el que hemos visto por Andalucía, con sus toros, Tío Pepe y campos. Al cruzar se torna un poco más amarillo.
Conforme avanzas el trayecto cruzando Castilla dirección Madrid, te vas encontrando cosas que te dan pistas claras sobre dónde te encuentras.