De los días que pasamos en Galicia en 2006, uno lo dedicamos a visitar Santiago de Compostela. Las calles de la zona vieja, la Catedral, la plaza del Obradoiro. Es bonito, es muy bonito. En vivo mucho mejor que en fotografía. El olor, el ambiente, el bullicio silencioso de la gente, mezcla de turistas y peregrinos que caminan por las calles en dirección a la Catedral.
Comimos allí; sí que comimos, si. Creo que no fue la mejor comida que hicimos en Galicia pero iguala y supera a muchas otras. En Galicia se come muy bien.
Por supuesto fuimos a la Catedral y cuando vi el botafumeiro me pasó lo mismo que con el torico de Teruel. Me pareció pequeñico.
Hace poco, hablando con mi hermano, le decía que el tamaño de la plaza es monumental y él me dijo que no, que es pequeña. Toda la vida he creído a pies juntillas lo que me dice mi hermano y esta vez, me acordaba de las fotos y de todo, pero como no las tenía a mano no le repliqué porque recordaba un acceso desde una calle que no era tan amplio. Se lo debe pasar bomba conmigo.
De pequeña, no se cuánto rato estuve de puntillas con los brazos estirados porque me dijo que en esa posición, si aguantaba, llegaría a tocar la bombilla de la lámpara de la cocina.
Con el tiempo, crecí y lo conseguí, pero sigue jugando conmigo.
Ayuntamiento - Palacio de Raxoi |
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