Sigue estando en la Parte Vieja, frente a la Iglesia de Santa María, haciendo esquina en calle Mayor con 31 de agosto, y tienen mosto negro. El detalle que lo convirtió en uno de los que procuramos visitar, aunque tiene mucha demanda y es complicado. Pero bueno, conseguir sentarte para tomar aunque sea dos pintxos nunca es mala opción.
Y si no, te sientas a esperar en la escalinata de la iglesia con un mosto negro.
En este viaje íbamos de sanotes y procuramos no abusar de fritos y salsas, así que un platillo de vinagres y un pincho de tomate natural con cebolla es una gran opción como piscolabis.
Aquí hemos estado varias veces y tampoco hacen nada malo aunque algunas de sus mezclas suenan imposibles.
Continuamos con un ceviche que no llena apenas y rematamos con algo de carne dejándonos sitio para postre.
Este postre no era casero. Estaba bueno para ser industrial, quizá era algo a mitad de camino.
Trabajan mucho, tienen una amplia variedad y todo parece bueno.
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